Viviendo la vida al máximo gracias a la nutrición artificial

Cuando los adultos o los niños no pueden absorber suficientes nutrientes de los alimentos habituales o su capacidad de comer o beber con normalidad está comprometida, la nutrición clínica se convierte en una alternativa esencial. Es aquí donde la nutrición artificial domiciliaria juega un papel importante en la mejora de la calidad de vida de los pacientes. 

La nutrición artificial domiciliaria permite la administración de  nutrición clínica  a pacientes de forma independiente en el hogar, algo esencial para adultos y niños con enfermedades crónicas. Ya sea que un paciente necesite nutrición enteral (por sonda) o parenteral (por vía intravenosa), la nutrición artificial domiciliaria permite que los pacientes sean dados de alta del hospital y continúen su terapia nutricional en la comodidad de su hogar. Esto es posible gracias a la capacitación personalizada y al seguimiento cercano que brindan los expertos en servicios de atención domiciliaria.

Nos gustaría compartir algunas historias inspiradoras sobre pacientes de todo el mundo que viven con nutrición artificial en domiciliaria y resaltar los beneficios de esta terapia que salva vidas.


Conoce a Noah, Sandro, Amirsam, Ana y Annika

Nada detiene que Noah, del Reino Unido, pase un día agradable en la playa mientras recibe Nutrición Parenteral Domiciliaria.

Noah ha estado recibiendo nutrición parenteral y ha vivido en hospitales la mayor parte de su vida. Cuando llegó a casa por primera vez, sus padres pensaron que tendrían muchas limitaciones en lo que podían hacer debido a la nutrición parenteral de Noah, pero no dejaron que su condición los detuviera. Pronto comenzará la escuela y va al centro infantil para sesiones de juego. Noah y su familia han pasado algunos días de paseo, en la playa e incluso chapoteando en el mar mientras él recibía nutrición parenteral. Están felices y creando muchos recuerdos con su maravilloso pequeño Noah.

Sandro es un deportista de Suiza, que ama escalar montañas junto con su mochila de Nutrición Artificial, la cual lo ayuda a alcanzar cada cima.

Sandro ha necesitado nutrición clínica durante varios años, actualmente a través de una sonda en el intestino delgado. Por esta razón, su mochila con la bomba enteral y la nutrición es su compañera constante. Siempre ha sido muy abierto acerca de su condición; para él es importante que su familia, amigos y colegas conozcan su situación. La principales pasatiempos de Sandro son los deportes y pasa mucho tiempo en las montañas, esquiando en invierno y haciendo senderismo en verano. "No se puede ser tan espontáneo con un tubo de alimentación: los vuelos de última hora no son posibles y tumbarse boca abajo en la cama no es tan fácil como solía ser. Sin embargo, todo lo demás está bien, en realidad", dice.

Annika, de Austria, también quiso compartir cómo podrá crecer y disfrutar del aire libre mientras recibe Nutrición Enteral Domiciliaria.

Annika ha recuperado su movilidad gracias a la bomba y puede utilizar activamente su tiempo libre como muchos otros niños. En el futuro, Annika podrá ir a la guardería y establecer contactos sociales que fomenten su desarrollo. Su familia se siente aliviada porque la bomba ha relajado el entorno familiar y ahora pueden concentrarse en disfrutar de la vida cotidiana.

Amirsam, de Alemania, aprendió todo sobre sus terapias de Nutrición Parenteral Domiciliaria y Nutrición Enteral Domiciliaria y sigue buscando oportunidades para recorrer el país.

Amirsam ha padecido una enfermedad autoinmune desde la infancia debido a un defecto genético, lamentablemente no tiene cura. Sin una alimentación especial (parenteral y enteral) y dispositivos médicos (por ejemplo, bombas de alimentación), estaría en constante riesgo de malnutrición y diarrea incontrolable. Amirsam tiene 11 años, va a la escuela y está deseando viajar con su familia con sus padres y su hermana.

Ana, de Argentina, comparte cómo la Nutrición Parenteral Domiciliaria la ayudó a lograr sus objetivos.

Con la nutrición parenteral domiciliaria, Ana pudo volver a trabajar, se está desarrollando profesionalmente, socializando, conociendo nuevas personas y lleva una vida muy normal. La nutrición parenteral le dio la posibilidad de visitar otras ciudades del país mientras se nutría. Descubrió nuevos lugares, compartió vacaciones con su familia y disfruta la vida al máximo. Ana ha llevado una vida diferente durante 14 años y ahora valora cada momento, disfrutando de todas las alternativas que este servicio de nutrición le ofrece.